Díario de Viajes: Día 52

 Día 52: Llegada a Ljubljana

7/25/2025






    Me levanté a tiempo para hacer el check out y para comerme un desayuno en otro lugar que el hostal ya que es casi el fin de mi viaje así que estoy gastando un poco más. Después de empacar todo y ponerlo en el cuarto de bagaje después del check out, fui a la misma panadería que fui el primer día en la ciudad, y me comí un pan con espinaca y una Kremsnita, un pastel ístrico la cual olvidé su nombre en italiano. También me tomé un machiato. Viendo que todavía tenía tiempo para matar hasta las una de la tarde para mi trén, decidí montarme en el tranvía de Opicina la cual estaba funcionando ese día. 




    El tranvía de Opicina es bien pintoresco por lo que los vehículos son antiguos de las décadas de los 1910/1920 de color azul, similar a las tranvías de Lisboa pero menos sobre-turístico. El sistema es interesante porque a su comienzo y su fin es una tranvía eléctrica normal como vas a encontrar en muchas ciudades europeas, pero en un punto donde tiene que subir una cuesta empinada para llegarle al resto de la ruta, se convierte en un funicular donde se ata a un vehículo que lo empuja cuando sube, y suaviza la bajada, osea, que no deja que la tranvía se va abajo como una montaña rusa. También hay ruedas en los carriles que ayuda subir el vehículo. Las vistas en la parte del funicular son espectaculares porque vas viendo la ciudad entera desde la cima de la colina que estás subiendo, y una vez arriba, vas pasando por los bosques y faunas de los montes de Trieste. Ya cuando alcanzas el pueblo de Opicina ves casas del siglo XIX y XX, la cual paras en una estación al final para depués regresar a la ciudad de Trieste. Por lo que bajé otravez temprano, una hora antes del trén, descansé en el café del hostal hasta que ya era hora de irme a mi próximo destino: Ljubljana, la capital de Slovenia. 




     Cuando llegué al “Centrale” de Trieste, vi en la tabla que el trén fue cancelado, por lo que nos van a montar en un autobús hacia nuestro próximo destino: por lo que quería coger trén y ya estaba casi un més solamente tomando autobuses, estaba obviamente molesto. A las una de la tarde nos montaron en los autobuses que nos llevaron por las suburbias de la ciudad de Trieste, donde vimos vistas bién pintorescas de la ciudad, hasta más pintorescas que la del tranvía. Cuando llegamos al borde de Slovenia, nos pararon en una estación de trén donde nos dijeron que montaramos en un trén de la companía ferrovíaria de Slovenia para llegarle a Ljubljana: mi sueño se hizo realidad. Montado en el trén, esperamos otros veinte minutos para que ya iríamos de camino a la ciudad. 



    El trén nos pasó por los campos eslovenos, la cual viendo todos los árboles en su verdura de verano es uno de los paisajes más lindos que he visto en mi vida. Pasamos por campos llenos de casas tradicionales que quedan bajo grandes montes de bosques lujosos de plantas verdes, es como entrar en una tarjeta postal donde experiencias las escenas bucólicas que tanto inspiran la identidad cultural de los países. A las cuatro de la tarde, por un atraso de veinte minutos, ya llegamos a la ciudad de Ljubljana, la cual su estación de trén queda bien cerca a mi hostal. Pasé por muchos edificios modernistas y contemporáneas que son legado de la era socialista yugloslavo de Slovenia, donde ves edificios de bloque de concreto compartir el espacio urbano con reasgacielos de vidrio y edificios tradicionales del siglo XIX. Cuando llegué al hostal, puse todo en su lugar, me di una ducha, y después salí a comer por lo que a las ocho de la noche iba a estar en el hostal para su “pub crawl”. 



    Decidí comerme algo tradicional cerca de mi hostal en la avenida principal de la ciudad, la cual encontré el restaurán Sestica, un restaurán que supuestamente existe desde el 1776, tan viejo como los Estados Unidos. Ahí me senté y ordené un goulash solamente para comparar con los otros goulash que he probado en Europa central y en Trieste, en mi opinión está entremedio del goulash italiano y checo por lo que ni es tan liviano como la conina italiana ni tan fuerte como la cocina checa. Cuando iba a pagar la cuenta me encontré con otro viajero solo quien me puse a conversar con el un pal de tiempo sobre cosas de viajar solo. Ya a las ocho y media de la noche regresé al hostal para el “pub crawl”.



    Por lo que me estoy quedando en un hostal de fiestas pensé que el “pub crawl” iba a ser un bien brutal visitando bars y clubes espectaculares, regresando a las tres de la mañana, pero estuvo normal, y regresamos más temprano que eso. Empezamos en el bar del hostal, la cual nos recibió un shot gratis (de hecho nos tenían un shot gratis en cada bar y club que visitamos), y después fuimos al centro de la ciudad para beber y socialisar más. Nuestra última parada fue este club que no era tanto club pero más un bar con lucesitos de club. Hubo varios salones donde uno podría hablar con, pero eso es lo único interesante que hubo. La música no estuvo tan bueno y la atmósfera un poco muerto por lo que no había tanta gente bailando, por lo menos no era los mismos diez canciones de Pitbull, Rihanna, y Kesha que he estado escuchando en todos los clubes que he visitado en los pasados dos meses de mi viaje. Regresamos a las una de la mañana al hostal donde hablamos un poco más hasta irnos a dormir. Yo no considero este hostal como uno de fiestas es más un hostal social por lo que tienen un bar y música de DJ y algunas veces en vivo, pero era demasiado de calmado para ser un hostal de fiestas. El próximo día me toca explorar la ciudad. 




Comments

  1. Me da vibra ‘spooky’ parecen mas como estructuras de las bases militares con un poco de ‘frosting’🫢

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