Díario de Viajes: Día 51

 Día 51: Castillo de Miramare 

7/24/2025






Por la mañana no sabía qué iba a hacer durante el día, la cual se resolvió cuando me senté con la gente que conocí la noche pasada para el desayuno y decidieron visitar el castillo de Miramare, la cual me apunté porque era un lugar que no sabía que existía y sería interesante ver. Hay dos maneras de llegarle al castillo, o por trén o por bus, la cual decidimos la segunda opción, no recuerdo porqué. Antes de llegar al castillo pensaba que era uno de estas fortalezas medievales semi aruinadas en una cuesta arriba del mar, pero cuando nos acercamos, ya entendí que era un palacio de siglo XIX construído para un noble. Cuando se baja del bus, te encuentras con el paseo lineal frente a la playa rocosa la cual caminas bajo sus sombras hacia la entrada del complejo, la cual te guía hacia el palacio un camino arboleado. 





    Al fin del camino te vas a encontrar con la rotonda que queda frente al palacio, un edificio estilo castillo almenado con ventanas estilos medievales la cual fue construído a mediados del siglo XIX para nadie menos que el príncipe Maximiliano de Habsburgo, quien fue proclamado emperador de México para crear un estado títere de Francia durante la invasión Francesa de México en los 1860. Antes de ser envíado a México, fue virrey de Venezia y Lombardía, bajo control Habsburgo en ese entonces, donde decidió construir un palacio cerca de la ciudad de Trieste, la cual fue el castillo de Miramare construido en el 1848. El castillo es un ejemplo obvio del Romanticismo post-napoleónico, donde la razón y estructuralidad de la ilustración fue remplazado por una nostalgia de los tiempos pasados, la cual se refleja en los avivamientos de estilos antiguos, tales como el gótico, y en este caso, los castillos medievales, donde la nobleza de ese entonces podría sentirse como en un cuento de hada con todas las amenidades modernas del tiempo.




    El interior del palacio es bien interesante porque es una combinacion ecléctica de muchos estilos similar a otros castillos de la misma época. Su escalinata principal está lleno de diferentes armaduras medievales y cabezas de animales cazados, la cual te lleva a los diferentes cuartos, las cuales están llenas de pinturas de diferentes personas de la familia Habsburgo. Vas a encontar todos los sacros emperadores romanos austriacos importantes como Carlos V y otros miembros de la familia que sirvieron la misma posición. También vas a encontrar los emperadores más importantes en la historia de Austria tal como María Teresa, una de las mujeres más poderosas de su tiempo por ser emperadora de Austria en su apogeo máximo, y Franz Joseph I, el emperador del imperio Austro-Húngaro durante el siglo XIX hasta el fin de la primera guerra mundial. 



     En el segundo piso vas a encontrar cuartos de diferentes estilos que típicamente no encuentras en un castillo romántico por lo que fue intervenido durante las décadas. Los cuartos favoritos mios del palacio son los cuartos orientales del estilo Chinoiserie, un movimiento de arte y arquitectura europea del siglo XVIII la cual trata de imitar a la cultura y el arte de China y adaptarlo al contexto europeo, la cual es resultado de no tener la comunicación para saber lo que China parecía en la vida real, así que imaginaron lo que parecía lo oriental a base de los objetos que tenían por comercio. Tu lo probablemente encuentras ofensivo pero a mi me gusta por sus colores oscuros y patrones repetidas. 




    Los cuartos finales que te hacen pasar por en el palacio son de la década del 1920, por lo que los interiores están diseñados en un estilo que se acerca al Art Deco con sus patrones geométricos decorando los techos de los cuartos. También tienen pinturas y mapas sobre animales exóticos y el tema de la exploración de lugares como selvas y safaris, por lo que esa era la era en donde el colonialismo europeo en Africa y los nuevos medios de transportación le dio acceso a gente europea a explorar con más facilidad la naturaleza de esos continentes. Después de ver esas salas bajamos hacia la parte de afuera del castillo para disfrutarnos los jardines del complejo. 



     Los jardines del castillo son bien pintorescos por lo que se ata a la colina y se combina con la naturaleza de la área para dar un sentido de rusticidad, aunque también hay una área donde se encuentran parterres con diferentes flores, aunque más natural que un parterre barocco que encuentras en Francia o en Savoya. Hay un parte del jardín donde te encuentras con una escalinata que baja hacia el mar, la cual se separa por una rompeola/muelle donde la nobleza llegaba por barco. De ahí puedes ver el impresionante castillo montarse sobre la costa mirando hacia el horizonte, verdaderamente un lugar en donde se inspiran varios cuentos de hada o novelas de princesa. Después de ver el complejo salimos hacia el paseo lineal, donde paramos en un café donde comimos unas pizzas que estaban buenos pero nada como la pizza napolitana que traté al comienzo de mi viaje. 




    Ya en Trieste otravez, mis nuevas amigas fueron de “shopping” mientras fui a ver una exhibición de arquitectura que compara los edificios de Trieste con los edificios de Slovenia y el desarrollo de los diferentes estilos arquitectónicos del siglo XX durante los cambios drásticos de la historia europea en esa época. Fue interesante ver como los edificios responden a la cultura de los dos países la cual son influenciado por la mentalidad que tiene esos países por el tiempo. Ya se puede ver que después de la caída del bloque socialista la arquitectura se empezó a ver más similar por lo que Italia y Slovenia son más interconectados por la Unión europea. Después de la exhibición descansé en el hostal para después irme a cenar con la misma gente del castillo. Me comí otro gulash italiano con pasta mientras disfruté de la atmósfera del casco antiguo de la ciudad que rodea el restaurán; la señora que nos sirvió fue muy amable. Queríamos una noche tranquila por lo que solo caminamos por las calles encantadoras de la ciudad hasta caminar mis dos amigas hacia su hostal a las diez de la noche. Ahí decidí que iba a ser una noche tranquila por lo que en Slovenia voy a quedarme por la primera vez en un hostal de fiestas: sabiendo eso dormí temprano preparándome para los bares y los clubes que voy a experimentar el próximo día. 

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