Díario de Viajes: Día 49

 Día 49: Rovinj

7/22/2025





    Después de otra noche de jangueo de muchas dormí una siete horas y me levanté a las dies de la mañana sin ningún plan en particular. Empezé por salir a desayunar algo como siempre, la cual encontré otra panadería vendiendo comida horneada local de Istria. Me comí una dona de chocolate, un pastel de papa, y un Kremsnita, un bizcocho croata similar a un tres leches cubierto por pastelería encima y por abajo. Después de eso fui a un café para tomarme un café con leche frío, la cual tuve que pagar con efectivo así que caminé cinco bloques para coger un billete de veinte para pagar el café: pensándolo hubiese corrido de ese lugar y pagar nada. 



    
    Después de descansar un poco en el hostal una muchacha por el chat de Hostelworld quería formar un grupo para ir al pueblo de Rovinj, un pueblo pintoresco veneziano a una hora de Pula: acepté la invitación y a las tres de la tarde estaba en la estación de bus. Cuando me senté en una silla de café, un hombre, el mesero del café, me empujó hacia el lado y me empezó a gritar de que el espacio era privado y que ordenara algo. Le pregunté cual era su problema después de hacer lo que quería pero siguió peleando con su mismo regresando hacia el lugar donde tienen toda la comida. Si no fuera por mi paciencia el mesero iba a terminar con un ojo negro, o yo iba a terminar con un ojo negro, depende de cualquier de los dos escenarios quieres creer en dependiendo si te caigo bien o mal. Después de ese incidente ya era hora de montarme en el bus y ir hacia Rovinj. 




    Aunuqe el paisaje Istrico no es tan dramático como la de Sicilia o Grecia, es un bosque interminable de árboles bajos de verdes vibrantes, campos de vino y cosechas de olivas que ocupan colinas ondulantes la cual terminan en el mar por playas rocosas de piedra blanca, tiene su belleza tan marcada que me pongo de acuerdo con el dicho de que Istria es un pedazo del cielo en la tierra. También ayuda que el trámite hacia Rovinj era en la hora que me gusta más del día, la tarde después de las tres. A las cuatro ya llegamos a la estación de bus del pueblo donde me compré un café para despertarme. Ya en tres minutos estaba en la bahía frente al agua mirando hacia el encantado pueblo veneziano que actua como su centro. Estando en el centro de Rovinj es como transportarte a un pueblo pintoresco italiano, como los pueblos que ves en imágenes en restauranes italianos, las casas coloridas con selosías verdes venden la idea que estás en el siglo XVI durante el pináculo de la república veneziana. 




    Entrando al pueblo antiguo, vas a encontrarte con el arco de Balbi, un arco de estilo renacentista que ocupa la entrada de la calle principal de la ciudad. Tiene los símbolos de la república de Venezia tal como el león de San Marco, la cual vas a ver en muchos de los edificios municipales heredados de esa época. Después de la puerta de Balbi vas caminando por los callejones de la ciudad la cual sus casas de cuatro y cinco pisos te protegen del sol y la humedad que plaga la península Istrica. La subida hacia la cima de la colina donde se coloca la iglesia puede ser un reto si te cansas rápidamente, por lo que hay que caminar por muchas escalinatas y piedras resbalozas que componen los adoquines de las calles. 




    Al finalizar la subida a la colina puedes disfrutar de muchas vistas bellas de la bahía donde puedes ver el mar adriático expandirse hacia el horizonte y las difrentes islas y penínsulas cerca del pueblo que están cubierto de árboles verdes típicos de la región, la cual me recuerda un poco a Roma aunque nunca he fuido ahí. El jardín que rodea la iglesia pirncipal de la ciudad le da una cualidad sublime al área, por lo que los jardines con diferentes árboles mediterráneos te dan un sentido de calma y paz, como si el mundo fuese iendo más lento y lento cada segundo, y protege la hermosa iglesia de los elementos del mundo externo. 




    La iglesia de San Eufemia es el monumento principal de Rovinj, por lo que puedes ver su estructura y su masiva torre de campanas desde toda la ciudad y la bahía. Es una iglesia clásica veneziana de la era renacentista/barocca, por lo que tiene elementos de fachada maneristas que fueron inspairados por las abstraccíones del arquitecto Andrea Palladio, nativo de la república de Venezia. El campanario es una torre veneziana clásica, por lo que tiene los columnas bajo arcos que separan las ventanitas del torre en tres, la cual su vano está hecho de ladrillos, y su techo inclinado es alto y hecho de algún tipo de mampostería o cal. Lo único de esta iglesia a igual de todas iglesias istricas es que está hecha de la piedra local, pero lo combina con ladrillos rojos usados en las iglesias de Venezia. El interior es bien veneziano por lo que están bien simple y áustero comparado a otras iglesias italianas. Su componente ornamental principal son los encofrados en las capillas del lado y el altar, y las diferentes altares y capillas son decorados elegantemente pero no exagerados. 




    Descansé en el parque frente a la iglesia por una hora y pico, disfrutando de la paz que me daba el lugar, cuando vi que el próximo bus a Pula después de las siete era a las dies de la noche, por lo que decidí irme temprano y comerme algo en Pula. Otro factor era que tenía que levantarme temprano el próximo día para coger otro bus a mi próximo destino, Trieste, Italia. Esperando el bus vi los hoteles y mansiones de lujo que quedan al otro lado del casco antiguo de la ciudad, y ya a las siete estaba montado en el bus de camino hacia mi hostal. Después de una rápida ducha fui a comerme algo en el centro de la ciudad. Comí en este lugar que servía comida local de la región donde me comí una pasta con carne de res y la salsa hecha del caldo del mismo animal. La carne y la salsa estuvo bien rico, pero el problema fue que la pasta estaba demasiada de sobrecocinada, no sé si lo hacen así en Istria. 



    Después de la comida me senté a relajarme frente al coliseo romano de la ciudad donde vi el mundo pasar y muchas personas caminar y irse atrás a su hospedaje por carro. Vi un taxi grande recoger una familia de turistas alemanes, la cual decidieron ser ciudadanos respetuosos y botar sus conos de gelato encima del muro que separa la acera y el estacionamiento. Mientras estaban preparándose a ir, decidí recoger el gelato y botarlo al frente de sus caras para enseñarles el grave error que estaban haciendo como visitantes en esta ciudad. Después de otros veinte minutos admirando el coliseo fui hacia al hostal a descansar antes de mi viaje de bus a Trieste. Fui demasiado de duro a Pula, tratando de encontrar una excusa para decir que la ciudad es inferior a muchos destinos que he ido, pero en verdad esta ciudad es una de los destinos más bellos que uno puede visitar para admirar su cultura, arquitectura, y naturaleza como bosques y playas, quiero regresar con amigos o mis hermanos para rentar un apartamento y vacacionar por una semana. 

Comments

  1. Cuidado con los locales parece q son ariscos e hicisteis bien regresar a pagar lo q debias!👏

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