Díario de Viajes: Día 45
Día 45: Llegada a Thessaloniki
Como dije en el post pasado, me arropé para coger este vuelo porque el aereopuerto está demasiado de lejos y si me dormía en la hora que llegamos de la salida iba a faltar el vuelo. Empaqué todo y me fui hacia el aereopuerto por autobus. EL aereopuerto de Chania es bien chiquito por lo que todas las puertas del aereopuerto están en la misma sala y a la hora que llegué solo había un vuelo partiendose en el aereopuerto entero: la mía. Fuimos directamente hacia la pista donde nuestro avión nos estaba esperando, y ya en media hora estábamos de rumbo hacia Thessaloniki.
Dormí el vuelo entero, y cuando abrí mis ojos, me saludó el paisaje macedónio con sus colinas ondulantes y bosques verdes, pero algo estaba un poco raro: estaba nublado. No es algo mal que staba nublado, solo que me desacostumbré de ese tipo de clima por estar bajo sol y cielo claro por dos semanas y pico, se sintió raro y sorprendientemente por alguien que le gusta ese tipo de clima un poco deprimiente. Me sroprende que me siente así porque en Puerto Rico me gusta los días nublados porque usualmente es una semana de soleado y otra semana de lluvia, pero ya me acostumbré tanto del feliz clima soleada que me dio un shock cuando vi nubes. Cuando aterrizé cogí el bus hacia donde me dejara, la cual fue el fin del nuevo metro de la ciudad.
Como mencionado, el metro esta completitamente nueva y extremadísimamente moderna, por lo que el metro es uno automático, que no usa ningun chofer para guíarlo. Por ese hecho puedes sentarte en el frente y ver el trámite de los rieles en el túnel, cual sería más brutal si estaba sobre el suelo pero no me quejo. El metro también es bien silencioso comparado a la de Atenas por lo que creo que los trenes están más montado arriba así que no vas a sentir tanto los rieles ni el chillo que tanto me molestaba los oídos en Atenas. Llegué a la estación de Venizelou, un estación bien especial porque contiene una ruína romana en la entrada de la estación, haciéndo la estación un museo gratis. Miré el complejo vasto de ruinas antes de subir hacia la calle donde me queda el hostal. Como el check in era por la tarde tuve demasiado de tiempo libre en mis manos, por lo que decidí a irme a caminar por ahí.
Me comí el desayuno en una panadería en la calle de Aristóteles, una calle pedante que termina en la plaza de su mismo nompres. Está área tiene muchos edificios de los añso veinte y treinta la cual tienen diseños y patrones inspiradps por las ruinas y igleisias aniguas de la ciuda, la cual le da una apraciencia úlica a la fábrica urbana de la área. Esta calle y esta plaza te deja diréctamente en al frente del mar, donde puedes caminar el paseo lineal de la ciudad. Al otro lado del paseo hay condominios y edificios viejos, la cual tienen muchos estilos diferentes como el estilo neocláciso y beaux arts similar a lo que puedes encontrar en la van vía de Madrid, y los condominios modernistas que encuentras de toda ciudad grande de Grecia. Al punto medio del camino marítimas puedes encontrar el monumensto principal de la ciudad: la torre blanca. La torre blanca fue construido por los turcos otomanos después de su conquista de la ciudad en el siglo XV. Una vez parte de una sistema sofisticada de fortificaciones, ahora se para solita elegantemente en un parquecito al frente del mar. Adentro hay una exhibición permanente pero no entré a verlo.
Después de explorar el parque cerca a la torre blanca y caminar por algunas calles del centro de la ciudad, caí en el hostal para hacer el “check in” y descansar un poco. Ya descansado, estaba listo para irme a explorar y ver más monumentos en la ciudad. Mi hostal está jústamente al lado de la plaza de Venizelos, la cual fue mi primera parada. Ahí puedes encontrar dos edificios históricos: la iglesia de la Virgen María Chalkeos, una igleisa ortodoxa bizantina, y los baños de Bey Hamam, unos baños construídos por los otomanos. Subiendo el resto del parque, vas a encontrarte el antiguo foro romano de la ciudad. Desde afuera puedes ver la planta de lo que era los pórticos de un foro típico romano donde quedan sólamente seis columnas, y un subpórtico que está construído de arcos típicos romanos. También se puede ver el teatro antiguo de la ciudad, la cual queda unas gradas y el muro de la tarima del teatro donde paran solemnemente los marcos de las puertas del primer piso del edificio.
Cuando subes las escaleras desde el foro, te vas a encontrar con la igleisa de San Dimitrio, el santo patrón de Thessaloniki. La igleisa es un ejemplo marcado de la arquitectura de una basílica romana, por lo que tiene una nave central con dos pasillos rodeándolo, algo que te puede recordar de las iglesias tempranas del cristianismo romano. La nicha del altar tiene ventanas coloridas de oro, por lo que cuando entra la luz a la igleisa, crea una luz dorada que te hace sentir que estás entrando al cielo, algo que quieren lograr los arquitectos y constructores de las iglesias bizantinas. Afuera de la iglesia en su patio hay algunas columnas restantes de la era grecorromana y inscripciones y esculturas de piedra. Fue un “shock” cultural para mi porque yo asociaba la arquitectura de basílica con los romanos occidentales y las basílicas de Roma tal como la de San Pablo extramuros y Santa María Mayor, pero después recuerdo que los bizantinos son la continuación del imperio romano en el oriente así que claro que van a usar este tipología.
Mi próxima parada fue el edificio de la Rotonda, la cual implicó una pequeña caminata por las calles de la ciudad. Caminando por diferentes vecindarios me transportó a mi tiempo en Atenas en mi estadía del barrio Sepolia por lo que encontré muchos negocios auténticos y gente viviendo sus vidas como sin nada. Cuando llegué a la calle al lado del edificio, vi la Rotonda al fin de la calle, un edificio grande de ladrillos de planta circular similar al panteón pero sin la cúpula con un minarete otomano al lado. Empezó como un mausoleo para el emperador Galerio en el siglo IV después de cristo, la cual después fue convertido en una iglesia en la era bizantina y después una mezquita por los turcos. Ahora es un museo la cual cuesta diez euros, algo que no creo que quería pagar para entrar al edificio y ver que hay casi nada que ver: al fín del día no entré.
Al lado de la rotonda puedes encontrar el arco de Galerio, la cual puedes ver obviamente que fue construído por el mismo emperador que la Rotonda. Solo queda algunos relieves de mármol en la parte de abajo y el arco grande hecho de ladrillos. Parándome ahí no pude imaginar la escala grandísima que era una vez este edificio acompañado por el complejo monumental que era esta parte de la ciudad de Thessaloniki durante los tiempos grecorromanos. Algunas veces deseo que estos edificios se quedaran por lo que me encanta la monumentalidad y el clasissismo de estos edificios, pero claramente no pudieron sobrevivir por tanto tiempo por la situación cultural y histórico que ha pasado esta ciudad.
Caminando una vez más por la Torre Blanca y algunas calles más por el centro de la ciudad que me recuerda a Barcelona, paré en mi última parada del día: la Santa Sofía de Thessaloniki. La Agia Sofía de Thessaloniki es obviamente más pequeño que la Agia Sofía en Constantinopla, pero todavía es bien bello y sigue las mismas estrategias de diseño que la igleisa más popular en Turquía. Ves la cúpula de la igleisa cubierto de mosaicos dorados representando imágenes bíblicos y simbólicos del cristianismo, donde puedes imaginar lo que parecía la Santa Sofía en Istambul antes de su conversión a una mezquita. La iglesia por adentro es bien oscuro cuando no se prenden los candelabros, la cual te da un sentimiento de sublimidad y misticismo al lugar, algo que en mí opinión falta mucho en las iglesias católicas en mi país, algo que se ha perdido en favor de arquitectura moderna que sirve como una pretenciosidad primero que una exaltación al dios cristiano.
Cuando fui de la Santa Sofía, ya era hora de comerme algo así que fui cerca del hostal para ver lo que había de comer. Encontré una taverna bién bonita y sofisticada la cual sus precios no eran tan mal, así que paré ahí para comerme un Pastissio, la cual fue acompañada por una ensaladita y estuvo bien rico. Después de la comida regresé al hostal para ir al bar del techo de mi hostal para tomarme algo y ver donde me lleva la noche. La noche me llevó diréctamente a la cama por lo Que estuve devastado por el arrope para mi vuelo, y necesitaba descanso ya que en Chania estuve cuatro días corridos de jangueo. Me fui a dormir a las nueve y media de la noche y al próximo día me desperté a las dies.
Hermoso😍
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