Díario de Viajes: Día 42
Día 42: Día de descanso y noche de salida
7/15/2025
Poco esperaba que la primera noche en Chania iba a ser la noche en que me acosté más temprano, como a las trés y media de la mañana. Me levanté para comerme el desayuno en una panadería que queda dos bloques a la derecha de mi hostal, donde pedí un sandwich en pan de sourdough con un café y un pain au chocolat. Fue el desayuno más caro que he tenido en una silla cuando buen tiempo, por lo que terminé pagando como diez euros. Estaba en el hostal viendo lo que iba a hacer cuando la misma gente de la noche pasada me invitaron a un brunch, la cual acepté por lo que otro café no iba a hacer daño.
Fuimos a un lugar de brunch en la calle Pourtou, una de las calles turísticas principales de la ciudad. Mientras mis nuevos amigos comían el desayuno, me tomé un frappé griego, la cual estuvo bueno y refrescante por lo que empezé a tomarme el café frío para lidiar con los calores. Después del brunch caminamos un poco hasta llegarle a un bar llamado Alcanea, la cual pertenece a un hotel boutique que queda frente al puerto antiguo de la ciudad. Ahí bebimos cerveza mientras hablamos sobre planes de viajes futuros mientras que el mundo nos pasaba por encima con toda la calma del mundo. Cuando uno viaja a Europa siempre lo tratan con un ritmo rápido: dos semanas cinco ciudades, cada día cinco atracciones diferentes y lo llaman vacaciones. Para visitar una ciudad es mejor vacacionar de una manera en que puedes sentir como estás viviendo la ciudad aunque sea una área turística que es un farso de la cultura de ese país. Sé que mucha gente no puede pagar dos meses de viajes así que tienen que ver todos los destinos que quieren ver en poco tiempo, pero si quieren relajarse, este estilo de viajar no es lo mejor: mejor es escoger una o dos ciudades y quedarse en esa ciudad mínimo cinco días a una semana para verdaderamente ver el sitio de una manera calmada.
Después de estar una o dos horas en el bar relajados fuimos otravez hacia el hostal para ver lo que se iba a hacer por la noche. Ahí aproveché y comí mi cena del supermercado para después despedirme de los dos americanos que nos acompañaron la noche pasada y durante el día. Después más gente entraron a la cocina y formamos un grupito para salir a cenar algo y después beberse algo en un bar. Fuimos primero a un restauran en el puerto antiguo de la ciudad, pero después de ver los precios altísimos de la comida y alcohol, nos fuimos a un lugar de Gyros que estaba bastante barato. Ahí me tomé la primera bebida de la noche mientras las otras personas cenaban. Después de eso llegamos una vez más a la plaza de Splantzia y sentamos en un bar llamado Steria. Ordenamos varias botellas de vino y jugamos un juego de beber de “Yo nunca” donde tuvimos que beber vino cada vez que hicimos algo que la persona ha mencionado. Rápidamente fue de un juego inocente a cuentos que no voy a hablar de en este blog.
Ya bebidos y satisfechos con nuestro juegito de beber era ya hora de llegarle a la discoteca. Fuimos a esta disco pequeña llamado Klik bar, la cual queda en un segundo piso de un edificio al lado de la mezquita del puerto, y hubo que pagar diez euros para entrar con un vale para una bebida alcohólica. La discoteca es bastante pequeña para su precio, pero tiene buenas facilidades. Tiene a los dos extremos dos bares la cual tiene una buena variedad de bebidas, y al lado del bar que queda hacia el baño hay una jaula donde puedes entrar con tu grupo para tener una experiencia buena y única. La música estuvo débil aunque tocaron algunas canciones nuevas, fueron las mismas canciones de Rihanna, Pitbull y Kesha que han tocado en todas las discotecas que he visitado en Malta. Todos borrachos, regresamos caminando al hostal cantando “I Want it That Way” por lo que un amigo me viro el sombrero y me llamó un Backstreet Boy.
Cuando me despedí de la americana, tuve planificada ir de senderismo a Samaria al sur de Chania, por lo que me compré unas taquillas para irme a las seis de la mañana. Regresé a mi cuarto para supuestamente acostarme unos veinte minutos para después coger el bus al cañón, pero la resaca fue lo suficiente poderoso para ponerme a dormir: no fue tan mal por lo que no vomité o nada de eso pero el dolor de cabeza fue un poco molestador. Levanté a las nueve y media de la mañana y símplemente decidí unirme con el grupo de anoche para ir a la playa.
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