Díario de Viajes: Día 41
Día 41: Llegada a Chania
7/14/2025
Amanecí a las nueve y pico de la mañana en mi cuarto privado de Rétimo para prepararme para irme a Chania (pronunciado Janiá), la segunda ciudad más grande de la isla de Creta. Antes de irme a la estación de bus le llegué a un café que olvidé el nombre, la cual estuvo un poco caro en mi opinión pero estaba bueno. A las doce y media de la tarde monté en el autobus y puse mis audífonos para escuchar música mientras el autobús atravesaba el paisaje dramático cretense. Las vistas hacia Chania no son tan dramáticos como las de Heraklio a Rétimo pero todavía estaba bien bello el día por lo que no hubo ni una nube en el cielo y pasábamos por la costa de la isla. A las una y media de la tarde ya llegué a Chania.
La estación de bus está a cinco bloques del hostal por lo que el camino fue bien directo y bien simple. Hize check in en el hostal la cual para su precio está perfecto por lo que menos de cién euros pude conseguir un hostal de alta calidad con buenas duchas, cuartos, cocinas bien equipadas, y un patio interior con una piscina. Descansé un poco antes de salir a la ciudad a explorarlo para después caerle a la plaza al lado de la estación de bus para comerme el almuerzo. Fui a un mercado de pescados a la esquina de la plaza donde conseguí unas sardinas fritas con papas fritas por ocho euros, la cual lo comí con gusto en un banco bajo la sombra de un árbol. Después del almuerzo ya era hora de explorar el pueblo viejo de Chania.
El mayor desarrollo de Chania fue durante la ocupación veneziana de la isla de Creta, por lo que vas a ver mucha influencia italiana en la arquitectura de la ciudad. Muchas casas coloridas con techos de tejas rojas bordea el puerto antiguo de la ciudad la cual está encerrado por unos muros abaluartados. En el puerto vas a encontrar varios edificios interesantes. El primer edificio de interés es la mezquita de Kucuk Hasan construído durante la ocupación turca de la ciudad. Lo característico de esta mezquita son las cúpulas rojas que lo remata, la cual la cúpula más grande está apoyado por contrafuertes. El otro edificio de interés en el puerto de Chania es el faro de la ciudad, la cual queda al fín de una rompeola que separa el puerto del resto del mar. Hay que caminar hacia el fín del puerto y la rompeola para ver el faro de cerca, donde vas a ver almacenes venezianos antiguos con su forma puntiaguda. Al fín del faro puedes ver vistas bien lindas de la ciudad, por lo que puedes ver todas las casas y la mesquita de Hasan desde un buen punto de vista.
El centro de la ciudad de Chania es extremadamente turístico, por lo que casi todas las calles de la ciudad están llenas de tiendas de suvenires baratas y de baja calidad y restauranes de precio alto que sirven comida semi-auténtica. Si puedes ver sobre eso, vas a disfrutar de callejones angostas con casas bién lindas. Aunque la ciudad en general es turístico, la parte este de la ciudad vieja es más auténtica donde vas a encontrar menos negocios para turistas y calles residenciales donde todavía viven locales. Si quieres ver algo más auténtico esa parte está ahí para usted. Ahí se puede encontrar la plaza de Splantzia con la iglesia de San Nicolás como fondo, un buen lugar para conseguir una buena bebida.
Después de ver el centro de la ciudad fui al supermercado para hacer una compra para salvarme unos cuantos euros: lo necesitaba por lo que no sabía en ese entonces lo mucho que iba a salir a comer y beber con la otra gente del hostal. Empezó cuando me iba a sentar en una silla cuando una muchacha americana me invitó a cenar con unos cuantos personas del hostal, la cual acepté para beberme algo. Fuimos a un restaurán en el puerto de la ciudad, la cual por la noche está imposible por las olas y olas de gente que va entrando para darse una caminata para evitar los calores. Me tomé una cerveza Cinco Estrellas para empezar la noche. Después de el restaurán le llegamos a un bar en la parte este auténtico de la ciudad que se llama el Boulevard inspirado por la canción de Green Day. El bar es un poco turístico por lo que tiene precios poco altos y tiene decoraciones bien kitch del rock de los cincuenta y películas de James Dean. Siempre voy a recordar de ese bar por ser la primera en todo el mar Egeo y Jónica en servir sangría: me hizo el día y la tomé con gusto. El próximo día fue uno tranquilo por lo que tuve ningún plan y solo quería relajarme por la ciudad, pero poco esperaba que esa noche iba a ser la mejor salida que he tenido en mi vida.
Nice!
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