Díario de viaje: Día 8
Día 8: De iglesia a igleisa en Palermo
Después de una noche de jangueo en una plaza donde ponen música para bailar, me levanté a las nueve de la mañana, no sabiendo que hacer por las quemaduras de sol en mis pies. Después de hacer una pequeña rutina de “bodyweight” y darme una buena ducha, me vestí, y fui a las recepción para ver lo que tenían para aliviar el quemado un poco. Me dieron unas cremas de “post sunburn”, la cual me puse en los pies antes de ponerme los zapatos, la cual me mejoró los dolores causados por la quemadura.
Por lo que el desayuno gratis del hostal ya terminó, fuí al café Roma frente al supermercado para finalmente tratar un caneloni auténtico de Sicilia, junto al exelente capuchino que hacen en ese café. Me gustó mucho el tamaño grande del caneloni, y el sabor de la crema, por lo que es dulce pero no empalagante. Después de ese pequeño desayuno empezé a explorar la ciudad de Palermo, las cuales estos sitios de interés se destacaron más.
El Cuattro canti es el punto de cruze entre las calles Vittorio Emanuele y Maqueda. Es un impresionante obra de urbanismo barocco por lo que crea un espacio cirruclar que como buena arquitectura barocca, rompe el límite de arte, construcción, y el sentido de espacio. En las cuatro fachadas simétricas, se puede ver una secuencia de esculturas que van hacia arriba del edificio. Encima de estatuas femeninas con una placa de descripción, estatuas de reyes famosos que rigieron Sicilia, no recuerdo cuales son, la cual sigue en el nivel de arriba una nicha con estatuas de ángeles, probablemente alegorías de algún valor o concepto que tiene que ver con cada rey, y encima de esas estatuas el escudo de Sicilia. Esto crea un sentido de monumentalidad al espacio, por lo que crea una secuencia que empieza de ese punto hacia el catedral y los límites de la ciudad antigua, en donde muchas iglesias baroccas dan hacia el Vittorio Emanuele, y al fin, la puerta del norte que está adyacente al palacio de los normandos.
Después de salirme del Cuattro Canti, la cual estaba llena de grupos de tour, entré a la iglesia del Santissimo Salvatore, la cual pagué cuatro euros para el intrior y la subida a la cúpula. El interior de la iglesia está diseñada como si fuera un teatro: el sacramento de la eucaristía es como una gran obra, y tu eres el personaje principal. Después de subir las escaleras y pasar por una tela estilo ópera, vas a encontrarte con la planta circular de la iglesia, donde su punto focal, por supuesto, es el altar. El altar está cubierto por otra tela encima de ella, la cual encima se encuentra un fresco de cielo. Cientos de años atrás, el interior de la cúpula hubiese sido cubierto enteramente por frescos que enseñan la gloria del cielo, pero en esta, solo como veine y cinco porciento del fresco queda, la cual lentamente desintegra, y expone, el material de la capa superficial de la estructura, algo que hace la iglesia más interesante. En la parte opuesto al altar, se puede ver dos balcones trepados con sillas, casi siguiendo el tema de la igleisa como un teatro. Me gustó mucho este interior porque es un ejemplo marcante de la mentalidad barocca, por lo que se expone calramente a travéz de su diseño.
Ya terminado el trámite en el interior, fui hacia el base de la cúpula de la igleisa, donde puedes ver vistas panorámicas de la ciudad de Palermo desde todos lados. Ahí puedes ver muchos de los monumentos famosos de la ciudad de lejos, como la catedral, el Teatro Massimo, las inumerables iglesias con sus cúpulas losadas, y el puerto de la ciudad con sus barcos y su infraestructura. Lo mejor de esta experiencia es que tuve esta vista todo para mí, en donde pude ver de lejos los bullicios y aconglomeraciones que se daban en el techo de la catedral de la ciudad. Ahí aproveché y tomé buenas fotos, quizás exagerando un poco para las fotos de las redes.
La próxima atracción que visité fue la catedral, donde puedo decir que su exterior es bién único y impresionante. En la fachada exterior puedes ver todas las civilizaciones que han influenciado la isla de Sicilia, tal como la arquitectura estilo musulmán del altat y las almenas del catedral, los arcos y ventanas góticas y románicas de los normandos que fueron después de los musulmanes, y la cúpula del siglo XVIII, influenciado por los movimientos renacentistas y baroccas que tan marcan los paisajes italianos. Quizás lo más impresionante fue la entrada principal del catedral, la cual combina una fachada de templo romano con tres arcos góticos en el base, ornamentados con relieves musulmanes complejas, y un pedimento lleno de santos estilo romanesco.
El interior del catedral no me impresionó tanto como la del Santissimo Redentore, por lo que es un diseño más tradicional y minimalista por la intervención neoclássica, pero todavía tiene su elegancia en forma de las repetidas series de cúpulas cubriendo las capillas, un techo simétrico por la nave, y un altar rematado por unos frescos que se ven lindos. Ya visto el interior de la catedral pude subir al techo del catedral por siete euros, donde puede ver la arquitectura ecléctica desde cerca. Lo lindo de este techo es que puedes ver la combinación de estilos arquitectónicos de cerca, por lo que la cúpula principal de la iglesia se combina bien con las torres simétricas que abordan las esquinas del edificio, y se puede ver con más detalle el campanario elegante de estilo romanesco que domina el paisaje de la ciudad. Aunque es una linda experiencia por ver las diferentes arquitecturas de cerca, las vistas desde el Santissimo Redentores son mejor.
Ya visitado la calle principal del centro histórico de Palermo con sus impresionantes monumentos, visité una iglesia que no pensaba que iba a ser tan impresionante con su ornamento: la Chiesa jesuita de la ciudad, El Gesu. Cuando entras a la iglesia, tus ojos van a explotar por el exeso de ornamento que ves en el interior. Estatuas, esculturas, íconos religiosos, frescos apoteósicos, e intricados diseños florales hechos de cerámica llenan el interior de la iglesia entera. Fácilmente tardé media hora observando todos los detalles que esta iglesia ofrece: un sueño hecho realidad para un maximalista y fan de ornamento arquitectónico como yo. No pensaba que podía encontar igleisas tan impresionantes afuera de la ciudad de Roma, la cual es la razon porque me marcó tanto este interior: el barocco siciliano se desata en todo su espendor. Por esta razon el Gesu es mi iglesia favorita en Palermo.
Muriéndome de hambre, anhelaba tratar un arancini auténtico de Sicilia, por lo que fui a buscar lugares para comparlo. Después de tanta busca, encontré un lugar que se llama La Pasta de William, un lugar de pasta “take out” que también hacen arancini, donde me compré dos: uno de salmón y mozarella, y otro de carne y guisantes, la cual da tres patadas a cualquier restaurante italiano que sirve arancini en Puerto Rico. Al otro lado hubo un restaurante que vendía comida marítima para llevar, en donde me convincieron compar una porción de pulpo por cinco euros, la cual estuvo bien fresco y bueno de sabor.
Ya cansado de un día largo de ver muchos sitios en la ciudad, voy a entretenerme con la compañía en el hostal, e ir al supermercado a compar un queso mozzarella con creatina, y ponerlo en mi pasta gratis. Disfruté mucho mi segundo día en la ciudad de Palermo, por lo que vi mucha arquitectura que me sorprendió por su eclecticismo y sus ejemplos marcadas del barocco. Vamos a ver lo que mañana trae para mí, por lo que todavía no sé lo que voy a hacer.
Galería de fotos:
Wow 🤩 la cuidad parece un teatro 🎭 nice pics
ReplyDeleteNice pics! Mau canelonis o cannolis ? 🙂
ReplyDeleteCannelone
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