Díario de viaje día 5
Día 5: Visita al Museo Arqueológico de Nápoles
6/7/2025
Después de levantarme as las ocho de la mañana, comí el desayuno gratis y conversé con mis nuevas amigas que hize en el hostal, anticipando mi visita al Museo arqueológico de Nápoles. Pagué una taquilla de metro, y me transporté de la estación Universita, cerca del puerto de la ciduad, hacia la estación Museo, la cual fue nombrado por el destino que voy a visitar. Usando la “Campania Artecard”, entré sin hacer fila a mi tercer atracción gratis, y no pude quedarme quieto por lo emocionado que estaba para ver los artefactos grecorromanos exhibidos en el museo.
Otra escultura que me impresionó mucho fue el Héracles, o Hércules Farnese, la cual representa el héroe famoso de la antigua Grecia reposándose sobre su bastón que carga su capa y su cabeza de león encima de una roca. Me capta mucho la atención su expresión aliviado pero también contemplativo, y el trabajo en mármol de su cuerpo y los detalles de los diferentes músculos es bien impresionante. Uno fácilmente puede estar por lo menos dos horas admirando las colecciones de esculturas en el primer piso del museo.
Una vez en el vestíbulo del centro, entras a la escalinata elegante, rodeado por esculturas de leones y ninfas, y el un nicho grande en el centro, una estatua del rey Fernando I de las dos Sicilias, vestido como un emperador romano, obra de Antonio Canova, te da la bienvenida mientras subes las escaleras de estilo neoclásico bajo un elegante mitad cúpula cubierto por encofrados. Esa escalinata te lleva a la sala central del segundo piso, la cual fácilmente le llega a la altura del Choliseo en Hato Rey. La colección de pinturas de la era neoclásica y el fresco del techo representando a los dioses griegos te hace olvidar que estás en un museo, y te transporta a lugares como la Reggia de Caserta. Aunque esta sala sí es impresionante, y tiene más esculturas, es un punto de partida para estas dos exhibiciones que totalmente vale la pena visitar.
Primero está la exhibición de artefactos griegos, la cual te dan papelitos para ponerte en los zapatos porque vas a pisar sobre mosaicos decorativos originales de la era antigua clásica. Estos mosaicos son impresionantes, ya que vienen en muchos patrones y colores, como flores, cubos, diamantes, y la swástika, que antes de ser adoptados por los Nazis, fue reconocido por todo el mundo antiguo como un símbolo de espiritualidad y buena suerte. También se encuentra en esa exhibición una colección bien grande de ánforas y vases griegas , otravez, de varios temas, y piezas de armadura para la guerra. Visitar esta exhibición fue bien marcante ya que pisé, aunque protegido por una mascarilla de pies, mosaicos que han existido por miles y miles de años.
Segundo está, posiblemente, una de mis exhibiciones favoritas que he visitado en mi vida: la sala de frescos y pinturas romanas. Fué hasta más interesante por el hecho de que visité la ciudad antigua de Pompeya el segundo día de mi estadía en Nápoles, donde muchos de esas pinturas de esa ciudad fueron transportados al museo arqueológico. Lo que me impresionó un montón fue el realismo de estas pinturas, por lo que es evidencia de que los romanos antiguos eran maestros de pintar luces, sombras, y perspectivas que son usados para crear una buena pieza de arte. Mi parte favorito de esta exhibición fue la de las pinturas sobre la mitología, por lo que pude refrescar mi memoria de los dioses grecorromanos, y me divertí recordándome de los acontecimientos locos que pasan en esos cuentos. Lamentablemente no tomé fotos de estas exhibiciones.
Después de la exhibición de las pinturas, pasé por una sala donde estaban presentando dos maquetazos de la ciudad de Pompeya, uno en el centro de la sala, enseñando como fue descubierto la ciudad en el siglo XVIII, con los frescos en las paredes de las elegantes villas de la ciudad, y otro colgándose horizontalmente de una pared, enseñandote como la ciudad se ve de la vista de un pájaro, un plano tridimensional. Estas dos maquetas, y la exhibición de pinturas y frescos te hace apreciar las ruinas de Pompeya más, y viceversa.
Ya en el primer piso otravez, se me olvidó un detalle extremadamente importante: que el mosaico famoso de Alejandro Magno cargando en batalla hacia el rey Darío de Persia está colocado en el museo, para después percatarme que el mosaico está en restauración. Lo bueno es que puedes ver el mosaico ser restaurado en persona, por un vidrio que separa la sala en que se coloca del resto de la exhibición. Además de eso, la exhibición de mosaicos es bien impresionante, probablemente el arte romano más sofisticado, por el hecho de que pueden alcanzar un realismo brutal usando piezitas pequeñas de piedra que de da tres mil patadas al realismo que se ve en la era moderna. Visitando estas exhibiciones pude apreciar más el arte grecorromano, y ahora voy a pensar más sobre el Imperio romano que lo mucho que pienso del imperio ya.
Después de visitar el museo, hice un “pit stop” rápido al Duomo de Nápoles para compararlo con otros catedrales que he visitado por Europa. Con relativamente pocos turistas para lo que es, y totalmente gratis, la catedral de Nápoles vale la pena, por lo que su interior es tan impresionante como las grandes basílicas de Roma en términos de ornamentación, escala, y arquitectura, por lo que es inmenso la iglesia, y contiene un techo en el nave bien detallado que te transporta a la era del renacimiento.
Ya visitando todo lo que quería visitar en este viaje a Nápoles, fuí al supermercado “Supero” para comprar comida para el resto del día, y para el almuerzo de mañana. En los supermercados “Supero”, uno puede coger el pan de tu gusto de la sección de panes, y llevarlo a la carnicería para que te hagan un emparedado. Me llevé uno de queso mozzarella, salami española, y salsa de pesto, la cual calenté en el hostal, y me quemé el dedo. Está bien ahora.
Mi estadía en Nápoles fue uno lleno de sorpresas, por lo que nunca imaginaba hacer cosas como salir a beber e ir a la disco (nunca lo hago en Puerto Rico), encontrar recovecos en Pompeya lleno de lavandas y flores, poner la Reggia de Caserta encima del Palacio de Versalles en mis “rankings” de palacios europeos, y ver un mosaico famoso ser restaurado vivo, en persona. Aunque esta ciudad puede tener una mala reputación en algunos círculos, es una ciudad única en donde tuve algunas de las experiencias más lindas de mi vida. Es hora de pasar la página, y llegar a la estación central de Nápoles mañana por la mañana para ir a mi próximo destino: Palermo, Sicilia.
Me encantaron los mosaicos, piezas diminutas, es admirable ! Gracias por guiarnos , debes ser guia turistico en tus tiempos libres🤗
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