Díario de viaje: Día 3

 Día 3: Mi experiencia en Pompeya

   6/5/2025






    Después de dormir solo dos horas por la saga de la noche anterior, me desperté para darme una ducha y comer del desayuno gratis del hostal en anticipación de finalmente visitar la famosas ruinas de Pompeya, una ciudad romana prosperosa que tuvo su fin  en el 79 a.d. cuando el monte Vesuvio entró en erupción y destruyó la ciudad. Ya compré unos boletos de Trenitalia la noche anterior, la cual el primer trén lo perdí porque la línea del metro a la estación estaba cerrado y el autobús llegó demasiado de tarde. Cuando finalmente llegué a la estación, el personal de Trenitalia me dijo que los billetes se pueden usar para cualquier trén ya que son trenes regionales, así que cogí el trén que iba después de el que iba a coger originalmente. 

    Aunque nunca he cogido el trén del Circumvesuviano, creo que con Trenitalia es mejor por el hecho de que puedes reservar en línea, en vez de ir y comprar boletos a la estación. También he escuchado que el tren de Circumvesuviano solo acepta cash. La ruta en rieles de Nápoles hacia Pompeya es quizás una de las rutas de riel mas bellas que he cogido, por lo que aborda la costa del mediterráneo, pasando por pueblitos chiquitos, playas de rocas grises, y con vistas del increíble monte Vesuvio, la bellísima costa Amalfi, y la isla de Capri, una linda combinación de naturaleza y asentamientos urbanos. 
    
    Cuando bajé en la estación de Pompeya, pensé que el pueblo no iba a ser tan interesante como las ruinas que lo aborda, pero dicho pueblo es bien lindo, con una avenida estilo rambla que da hacia la plaza central, en donde se coloca una basílica con un campanario imponente. Ya caminando por el pueblo moderno de Pompeya, era tiempo para transportarme a los tiempos de la dinastía Flavia y la Pax Romana. Después de ir por seguridad, me movieron inmediatamente al frente de la línea para escanear mi “Campania Artecard”, un pase en donde si compras la versión anual lite por 26 euros, te da entrada gratis a los primeros tres museos de tu gusto en la región de Campania, incluyendo por supuesto, Pompeya. Ya entré a la ciudad antigua, en donde empezé a explorar sus muchos calles y villas intricadas. 

    Quizás lo mejor de visitar Pompeya es ver los frescos preservados adentro de las villas que eran propiedad de los residentes más ricos de la ciudad.  Existen más de veinte villas en donde hay frescos captando con sorprendente realidad temas mitológicas, cotidianas, y escenas bucólicas llenos de plantas y pajaritos, las cuales puedes casi escucharlos cantar desde los paredes antiguos por cual real captaban la naturaleza y sus entornos los romanos antiguos, algo heredado de la cultura griega. En estas villas también puedes encontrar jardines serenos llenos de árboles de poplar y palmas. Algunas espacios que se destacan son los baños termales cerca del foro, por lo que puedes encontrar ornamentación detallada de la era clásica antigua, las cuales muchos arquitectos y artistas de la era moderna se inspiraron de. El foro es bien impresionante por lo que se puede ver un ejemplo marcado de una ciudad romana típica, con su patio central, la basílica, la cual solo queda una pared intacto, y el templo, la cual hoy solo queda la parte de abajo de las columnas, y las imponentes escaleras que te guía hacia lo que fue una vez el centro religioso de la ciudad. También vi los lugares de entretenimiento en la ciudad, tales como el teatro grande, y el anfiteatro, las cuales son bien impresionantes por su escala, aunque claro, no se comparan con la escala del Coliseo de Roma. 

    Un problema de los diferentes sitios que puedes encontrar en Pompeya es que no puede aguantar la cantidad de tours y grupos que están visitando la ciudad antigua. Cuandolos las villas  se ponían bulliciosas con dos o tres grupos de tour de veinte personas, y tres otros grupos pequeños de cinco personas, básciamente caminaba al lado opuesto de donde estaban los tours, o esperaba a que los tours se iban, así tuve, por un momento corto, cuartos con maravillosos frescos todos para mi disfrute, y ya cuando entraba otro tour me encaminaba a otro lugar de la ciudad o la villa. La ciudad también tiene muchos lugares que no son frecuentados por esos tours, como pequeños calles, recovecos, y restos de casas en donde han crecido bellos campos llenos de flores de diferentes colores y dientes de león con el fondo del Monte Vesuvio, completando el pintoresquismo que estos lugares de un lugar bien turístico poco frecuentado por turistas. Ya a las una y veinte tuve que estar en el estación de trén para regresar a Nápoles, así que marché hacia atrás por el pueblo encantador para coger mi trén de Trenitalia. 

    Ya en Nápoles la línea de metro que estaba cerrado abrió de nuevo, así que pagué un billete para ir rápidamente al supermercado para comprar mi cena: Tres presas de pollo y una pasta con guisantes y jamón solo por cinco pesos! Mi plan por la noche es trabajar en este blog, cambiarlo a otro sitio porque el que tenía era demasiado de complicado para manejar, y esperar con ansias mi próxima visita, un complejo real que he querido visitar por mucho tiempo para ver frescos de GIambattista Tiepolo: La Reggia de Caserta!



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