Díario de viaje: Día 24
Día 24: Perdí mi tarjeta en la isla de Gozo
Desperté a las siete de la mañana viendo el cielo azul desde la silla que queda al lado de la piscina, con la misma ropa que tenía la noche pasada, tenía planificada arroparme para ver el amanecer, la cual me tumbé por una noche de festejo que estuvo a otro nivel. Mi compañera de cuarto le dio pena por mi sueño a aire libre, pero la aseguro que fue una experiencia linda. Después de bañarme, ponerme una nueva muda, y colgar mi ropa de anoche con peste a discoteca, comí mis huevos hervidos proveídos por el hostal, no sabiendo que esta visita a la isla de Gozo iba a ser una montaña rusa de acontecimientos, pero no tanto de emociones.
Mi bote hacia la isla de Gozo era a las 9:45, por lo que tuve que apurarme porque me fui a las 9 en punto. El autobus estaba parado en tapón por casi el trámite entero, por lo que estuve nervioso de no llegar a tiempo al puerto. Llegué a Valetta a las 9:30, por lo que tuve que bajar al puerto por una cuesta que rodeaba las grandes fortalezas que protegían la ciudad desde su fundación en el siglo XVI. Cuando llegué justamente al frente del terminar del ferry que me va a llevar a Gozo, ya el barco partió del muelle, iendo hacia su viaje de ida: perdí mi primer bote y tuve que esperar otra hora para la próxima. Aproveché de mi tiempo extra para ir a un café charrito al lado del muelle para comprarme un agua, la cual traté de comprar con mi tarjeta normal, pero no funcionó: un presagio de lo que va a venir. Pagué usando la tarjeta de crédito de la familia y seguí a la sala de espera del puerto para esperar para mi próximo barco.
A las 10:45 monté al barco de camino hacia mi próximo destino. Las fortalezas y igleisas baroccas de las diferentes ciudades paran orgullosamente sobre la grán bahía mientras se acerca el mar mediterráneo la cual está separado de la bahía por dos grandes rompeolas. Con la vista del mar desde la ventana del asiento me puse a dormir por lo que solo tuve dos horas de sueño, y ya después de despertarme ya llegamos a la isla de Gozo. El puerto de Ghajsielem es bastante pequeño por la que solo tiene un terminal para lanchas grandes, y otros dos muelles para botes mas chiquitos. Desde ahí cogí el bus hacia mi destino de interés, la ciudadela de Victoria en el centro de la isla. Cuando llegué al estación de bus en Victoria, traté de comprar otra tarjeta de bus semanal porque perdí la original mientras el jangueo, por lo que la máquina rechazó mi tarjeta, así que subí hacia la plaza central de la ciudad para encontrar un atm para ver si puedo sacar efectivo. Ya con mi pin secreto puesto en la máquina y la cantidad de euros que quería sacar, el atm se comió la tarjeta, diciendo que es para razones de seguirdad: en verdad no lo creo.
Despues de una llamada sorprendientemente calmado con mi padre, pregunté un local sobre la dirección del banco, la cual me dijo que estaba jústamente abajo de la calle, por la cual tiré hacia allá con la meta de recuperar mi tarjeta. El banco estaba vacío, por lo que pude contacter una empleada en nada, la cual me dijo después de coversar sobre soluciones que la tarjeta se va a recuperar el viernes, la cual se puede envíar al sucursal más cerca de mi hostal el sábado: por dos días no iba a tener nada para pagar con, solo mi tarjeta de crédito, la cual sentí un poco incómodo porque no quería pagar con el dinero de mi padre para alcohol en la noche.
Ya con nada que hacer sobre mi tarjeta, fui hacia lo que iba a venir por originalmente: la ciudadela. La ciudadela es el asentamiento más antiguo de la isla, por lo que se estableció en la era de bronze como un centro religioso, la cual siguió asi con los cártagos. Ya con los romanos, se iba convirtiendo en una ciudad regular, la cual se convirtió en una fortaleza indominable en la era medieval, la cual fue controlado por los musulmanes, después los normandos y los aragoneses. En el siglo XVI la ciudad fue saqueado por los otomanos, liderado por un corsario famoso que se llama Dragut. Ya cuando los caballeros de San Juan tuvieron control absoluto sobre malta y la isla de Gozo, modernizaron los muros de la ciudad para cumplir con los estándares militares del tiempo. Después de cientos de años, la ciudadela sigue con sus muros y su catedral barocca, pero parte de la ciudad ya cae en ruinas, la cual puedes ver las huellas de las casas antiguas.
Desde la cima de los muros puedes ver vistas espectaculares de toda la isla de gozo, donde los diferentes poblados de la isla con sus iglesias baroccas de dos torres y cúpula ocupan colinas onduladas que con el fondo del mar crean una escena bucólica y casi fantástico. De ahí también puedes tomar buenas fotos arquitectónicas por lo que puedes ver la catedral con su campanario y su cúpula interminada, verdaderamente (sé que sigo diciendo esto en todos los lugares que frecuento en Malta) lo más lindo que he visto en mi viaje. Ya bajando por las ruinas del parte norte de la ciudadela, bajé por las escalinatas del catedral para comprar un billete de entrada cuando me llama mi madre, y me dice que tiene mi tarjeta nueva en casa, la cual me dijo que va a llamar para activarlo en Apple pay: le doy mil gracias a mi madre por salvarme la vida en ese momento.
Seguimos lidiando con mi tarjeta mientras veía la linda catedral de Victoria. Lo más impresionante de esta iglesia es el techp de lo que iba a ser la cúpula de la iglesia, la cual decidieron que por no tener una cúpula, iban a pintar un trampantojo de una cúpila, una pintura que crea una ilusión óptica de perspectiva forzada. Si ves la cúpula pintada de un cierto ángulo desde la nave de la iglesia, la ilusión está hecha perfectamente, la cual puedes ver las cúpula subir hacia el cielo, pero si lo ves de las otras capillas al lado del altar, ya la perspectiva se aruina. Por lo menos es mucho mejor que los trampantojos que he estado viendo en Sicilia y en el palacio de Valetta. Después de la catedral subí al museo del catedral donde tenían reliquias de los diferentes obispos de la ciudad, y vestimentas del papa San Juan Pablo II, quién visitó la isla de Gozo durante su papado.
Ya bajando del museo hacia la estación de bus, mi mamá me envió el número y información de tarjetas para llamar el banco para activar my Apple pay, pero seguía fallando la llamada por lo que mi data no estaba funcionando y son llamadas internacionales. En el autobus, busqué en google sobre Apple pay en mi banco, y dijo el AI que se puede entrar la información manualmente en el app de Wallet, la cual traté para ver si era verdad, la cual funcionó: ya puedo usar mi nueva tarjeta en transacciones por Apple Pay. Ya tranquilo por el problema resuelto, fui hacia el puerto de la isla para cargar mi teléfono en la sala de espera de las lanchas, por lo que iba a usar mi teléfono mucho más que anteriormente por la situación de mi tarjeta, y ya a las 4:45 de la tarde estaba montado en la lancha dándome una siesta meintras llegaba a Valetta. En la ciudad capital compré una vez más mi taquilla semanal de autobús, la cual pagué con mi fondo de escuela que lo estoy usando en este viaje como un fondo de emergencias.
El chofer de bus que me estaba llevando a St. Julians fue el chofer más anal que he experimentado, por lo que se puso a pelear con una muchacha porque ella le preguntó personalmente si podría dejarla en la próxima parada, la cual el chofer le contestó en voz alta que presionara el botón, que después de un argumento de treinta segundos finalmente presionó el botón para parar: no era para que le contestara a ella así, espero más profesionalismo de ese chofer. De una se llenó el bus por hora punta de la tarde, la cual cuando se vacíaba el bus con espacio para un poco más, dejaba la gente entrar para validar los boletos para después botarlos porque el bus estaba “lleno”, y lo decía de una manera que para mí no es profesional para nada y sale como malcríado. Lo digo por una persona que trabaja en el mundo del servicio de comida, que es muchísimo peor que un trabajo de chofer.
Ya con el chofer malcríado fuera de mi vista, fuí al supermercado para comprarme la cena, unas alitas de búfalo ya cocinadas, y un cartón de leche pequeña de 66 centavos euros, la cual mi compañera de cuarto le dio un “culture shock” brutal por verme tomar leche solo: le dije que es algo normal de Estados Unidos y Perto Rico, aunque en Puerto Rico se ve menos pero todavía se ve. Me comí las alitas frías en la piscina acompañado de otras personas del hostal, la cual me estaban contando chismes de la semana pasada, involucrando un tipo del personal que invitó una muchacha para ver pornografía en la televisión del segundo piso del hostal: me quería matar.
Después de la conversación inesperada fuimos a salir una vez más hacia el hostal Marco Polo, donde todo el mundo fue al segundo piso del rooftop para hablar y tener un tiempo calmado, preparándonos para una noche más de discotecas. Cuando salimos de Marco Polo, personas que estuvieron con nosotros regresaron de las discotecas, diciendo que estaban demasiado de lleno, y que en el “hive” la disco inmaculada que visité la noche anterior por gratis ahora cuesta veinte euros para hombres, y diez para mujeres; y tanto hablan que el sexismo hacia los hombres no existe. Al fin del día tenían razón por lo que fuimos a Footlose, la otra discoteca que nos gusta tanto, pero estaba demasiado de lleno, por lo que bailamos por unos cuantos minutos y después nos fuimos. Eso es cuamos fuimos a la entrada del hive, y argumentamos con los bouncers de la disco por el precio ridículo de entrada, supuestamente porque había un DJ famoso, pero no lo creo para nada. Esta noche sí pude dormir bien, por lo que me acosté en mi camita para tener el mejor sueño que he tenido en buen tiempo.
Q odisea! La pregunta es q si te devolvieron la tarjeta original?
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