Díario de Viaje: Día 22

 Día 22: Visita a Birgu 

6/24/2025





    Este fue el primer día donde pude comer el desayuno gratis del hostal por tantas noches de jangueo en la piscina y en el vecindario. El desayuno del hostal es una bendición por lo que hacen huevos hervidos; algo que no he comido en meses porque pararon de hacerlo en el trabajo. Decidí hacer las cosas diferentemente este día a respuesta de los bullicios de Valetta: iba a trabajar en mis cosas por la mañana y visitar la ciudad de Birgu por la tarde. Por hora y media trabajé en mi blog y en mi sitio web para después tener el día libre (como terminó el día gracias a Dios que ya terminé con el blog tempranito).




    Para casi todos los lugares en la parte del este de la área metropolitana de Malta hay que hacer escala en Valetta, por la cual monté en el mismo bus de ayer para llegarle denuevo al fuente de tritón, donde está el hub de autobuses que conecta el capital con el resto de las ciudades. Ya en diez o veinte minutos, me monté en el bus que me llevara hacia Birgu. El camino hacia Birgu es extremadamente impresionante, por lo que pasas por pueblos con iglesias baroccas grandes, y pasas bajo capas y capas de fortificaciones baroccas con baluartes altos y grandes revellines que se construyeron para defender el punto estratégico de la gran bahía de Malta. Después de pasar por el muro de Cottonera y varias calles al lado de la bahía, el bus me dejó jústamente al frente de la entrada a la ciudad de Birgu.




    La puerta de la ciudad de Birgu es un hornabeque tradicional, dos baluartes unidos por una pared protegido por revellines. Puedes ver la altura de este muro por la puente que te lleva a la entrada del casco antiguo de la ciudad, la cual los siglos lo ha cubierto de verdura y jardines, y tienes una buena vista de las fortificaciones que protegen la ciudad de Senglea al otro lado del puerto. A las una de la tarde Birgu estaba extremadamente calmada, lo opuesto que experimenté en la ciudad de Valetta, por lo que casi ni había gente, locales tal como turistas. Caminé por las calles en donde había un silencio que no he experimentado en días por todo el jangueo y los bullicios de Valetta y San Julian, el centro turístico del país: algo que necesitaba mucho. 




    Después de caminar tres bloques llegué a mi primer museo del día: el palacio del inquisidor, la cual entré gratis por pagar el Malta heritage pass, donde pagué 45 euros para entrar a los museos principales del país. El palacio del inquisidor fue construido en el siglo XVI para ser sede de la inquisición romana en Malta para mantener el dominio católico de la isla contra el protestantismo y el islam. Este palacio es más discreto que el palacio del gran maestro en Valetta, ya que su huella es más pequeña, y sus cuartos son decorados pero de una menor escala que el palacio de Valetta; se siente más rústico. Lo que puedo decir es que las exhibiciones que tiene que ver con la cultura católica religiosa de Malta son muy buenas, por lo que enseñan reliquias religiosas de los pasados siglos, y te enseña las costumbres malteses para las fiestas como la navidad y semana santa. También te da una recorrida por la historia de la inquisición en Malta, por lo que tienen objetos como libros y documentos de los inquisidores, y papeles de geomtería islámica que era considerado como herejía. Si quieres saber sobre la historia y cultura religiosa de Malta, el palacio del inquisidor es el lugar donde ir. 



      Ya visitado el palacio del inquisidor fui hacia la plaza central de la ciudad, la cual sintió misterioso por lo que a buena hora en la tarde estaba vacío, pero lo disfruté como quiera. Fui abajo hacia la parroquia de San Lorenzo, la iglesia principal de Birgu, donde hay que pagar un euro en efectivo. Fui al atm para sacar el efectivo, pero cuando llegué, el hombre de la recepción me dejó entrar gratis: usé el efectivo para pagar por comida y alcohol por la noche. El San Lorenzo es una igleisa bien barocca, por lo que está decorado de frescos en el techo, y ornamentos florales por todo la nave, la cual techa el altar, la cual tiene muchas velas bajo una carpa colgante. Quizás lo más interesante para mí fue ver la cúpula con frescos pintados en el año 2021, la cual se puede ver pintura realista tradicional contemporáneo, la cual fue más impresionante que los frescos realistas nuevas que vi en la catedral de Noto, por lo que este artista maneja las luces y sombras de mejor manera, y las proporciones de los personajes bíblicos están hechas correctamente, haciéndolo ver más realista. 




    Con las primeras dos atracciones ya visitados, fui al sitio que se destaca más en mi visita a Birgu: la fuerte de San Angelo. La fuerte de San Angelo fue construido en los tiempos medievales por los normandos sicilianos, la cual se conocía como Castrum Maris, o el castillo del mar, la cual fue renovado por los próximos siglos cuando llegaron los caballeros de San Juan con baluartes y baterías renacentistas y baroccas que ha sobrevivido muchos asedios grandes tales como el de los otomanos en el 1565 y el blitzkrieg alemán de la segunda guerra mundial. Las exhibiciones adentro del fuerte, tal como las de San Elmo, te explican la historia de Malta, en donde habla de la historia del fuerte en relación con la del país a travez de proyecciones intricadas, y maquetazos de la fortaleza que te explican como fue construido. Después de entrar con el heritage card tres horas antes de cerrar la fuerte, tuve el sitio enteramente para mí mismo, desde la puerta principal imponente que mira hacia el puerto de Birgu, hasta los jardines del palacio de los caballeros que queda jústamente en la cima de la fortaleza. Visitar a las cinco y seis de la tarde fue mágico, por lo que las luces y sombras que emitían las formas de los muros con el sol de tarde combinado con la falta total de gente le dio un toque surreal y fantástico al fuerte. Fue el momento perfecto para cerrar mi día en Birgu. 




    Listo para regresar al hostal, fui hacia la puerta de la ciudad donde esperé al bus. Poco sabía que el bus en que me monté estaba iendo a la dirección contraria en que yo iba, por lo que tuve que ir por toda la ruta hacia el fin, donde pude ver la playita de Rinella que queda al lado del fuerte Ricasoli, y tiene buenas vistas de Valetta. Después de mi tour de Rinella por bus ya llegué a Valetta, donde  hize la escala para llegarle a San Julian, la cual acidentalmente paré en el medio de Sliema pensando que era la parte de la bahía donde doblaba hacia la calle de mi hostal. Caminé como veinte minutos hacia el hostal, donde paré en un lugar de comida libanesa llamado Habibi’s Kebab, la cual la gente del hostal me recomendaron. Me comí un Shwarma de carne con palitos de mozarella al lado, la cual estuvo bien bueno, lo recomiendo si están quedando en Malta por Sliema. 




    Terminé mi noche por salir hacia Paceville otravez con nueva compañía del hostal, donde fuimos hacia el hostal Marco Polo, la cual en días de semana te deja entrar gratis al “rooftop”, donde puedes jugar beer pong y escuchar múscia de DJ en vivo. Después de la mini parada en el Marco Polo fuimos de nuevo hacia la calle de las discotecas en Paceville, donde paramos en la primera discoteca que visitamos el Sábado, la cual el gentilicio estuvo más manejable esa noche, y la música estuvo mejor por lo que el “playlist” estuvo más variado, pero me aburrí porque ya estaban tocando las mismas veinte canciones de la era del “Recession Pop” y lo único que estaba haciendo era viendo gente comerse a besos donde fui hacia afuera para esperar a que misa amigos terminaran de hacer lo que estaban haciendo, pero era una buena noche; lo disfruté más que mi primera visita, probablemente por que hubo menos bullicios y la música estaba mejor. A las cuatro y media de la mañana me acosté en la cama para dormir lo que podía para sacar energías para visitar Mdina esa tarde. 






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