Díario de viaje: Día 16
Día 16: El Neapolis de Siracusa
Me levanté temprano porque el aire acondicionado del cuarto no llegaba a mi cama, por lo que estaba durmiendo con unos calores que no me dejaba dormir tan bien. A las siete de la mañana estaba haciendo push ups en la terraza del hostal escuchando los anuncios y pitos de trén viniendo de la estación que está al lado del hostal. Como no pagué por el desayuno del hostal; lo debería hacer la próxima vez, me fui a un café para tratar el desayuno local. Fui al bar Cavallino Rosso al lado del parque del foro, donde me comí un pan relleno de queso, jamón, y salsa de tomate, un capuchino, y una jugo después china natural: totalmente regreso los días restantes de mi estadía en Siracusa.
Ya energizado por mi desayuno europeo, fui caminado por la avenida del supermercado hacia en Neapolis, un complejo grecorromano que contiene ruinas preservadas de los tiempos antiguos de la ciudad. Como sabía que no iba a haber tanta gente, decidí comprar las taquillas en persona, la cual estuve correcto. Pagué 17 euros para la entrada al complejo, donde pensaba que era un poco caro para un teatro, cantera, y coliseo, pero visitando el sitio, quedé convencido que vale la pena lo que pagué.
Bajando el sendero hacia el teatro griego, puedes ver el altar de Hiero II, el altar más grande del mundo griego, construído por el tirano que le da el nombre al altar. El altar se extiende desde la reja del sendero hasta el fin de la propiedad, hecho de piedras grandes que te hacen imaginar la escala grandísima que tenía el altar cuando se construyó. Como a dos minutos del altar está la puerta para acesar la cantera y el teatro, donde me escanearon el boleto para finalmente entrar al complejo mismo. Me dijeron en el boletero que el sitio está en el medio de la temporada de teatro griego, donde puedes ver obras trágicas de la antiguedad clásica de dramaturgos como Sófocles y Aristófanes. Por esto el teatro está cubierto casi completamente por gradas de madera, estructuras para sostener las luces teatrales, y gente montando la escenografía para la próxima obra: Edipo el Colono por Sófocles. Lamentablemente no creo que tenga el tiempo para verla.
Después de ver el teatro era tiempo de ver la Latomie del Paradiso, una cantera antigua convierto en jardín. En el jardín puedes ver de cerca las canteras de piedra local que fueron carvados y cortados por escalvos y prisioneros de guerra para construir la ciudad de Siracusa durante la era griega. Empiezas caminando por jardines llenos de flores, arbustos y árboles que dan al paisaje una apariencia pintoresca mientras te acercas a las grandes cuevas artificiales que parecen más grande y impresionante de cerca. Las cuevas, los jardines, y el parque arqueológico entero están cubiertos de esculturas de bronce que hace el lugar sentirse más fantástico y surreal, la cual habla de la experiencia humana desde los temas de libertad y las cadenas que nos atan, contado a travez del punto de vista de diferentes personajes mitológicos, tales como Dédalo, y el jóven Icaro que murió por volar demasiado de cerca al sol.
Primero vi la Grotta dei Cordari, una cantera con piedras cúbicas que se cualgan sobre un estanque lleno de plantas y algas, la cual tiene como centro dos estatuas que paran solemnemente entrar el medio del estanque. Es bien impresionante ver la luz entrar desde el otro lado del grotto y dar las estatuas para darles un volumen dramático, la cual su fondo puedes ver el horizonte oscuro y tenebroso, no sabiendo lo que está al otro lado. Sabiendo la historia de este lugar, te da un sentimiento pesado en el estómago sabiendo cuantos esclavos probablemente murieron en ese lugar, y sus almas saliendo a cualquier momento para perseguirte.
Después del Grotta del Salnitro, vi la Grotta dei Salnitro, la cual tiene a su lado una escultura grande que ocupa la convclavidad de la roca; un torso grande que tiene un hoyo en el medio con forma de cruz. La escultura me recuerda por alguna razón de las budas monumentales en Afganistán que fueron demolidos por los Talibanes, aunque estamos en Italia y el torso sin brazos ni cabeza fue intencional por el artista.
La última cantera que visité fue la que fue llamado por Caravaggio como La Oreja de Dionisio, por la forma peculiar que tiene. Cuando entras, vas a percatarte que la cueva es inmensa, ya que fácilmente es tan alto como la peña que lo alberga. Caminando más hacia la oscuridad, puede escuchar palomas volando que casi se puede confundir con murciélagos, y al final de la cueva de forma de S, la cual imagino que es donde Caravaggio sacó lo de la oreja, y lo de Dionisio lo sacó por puro fanaticismo, vas a encontrar una cabeza grande que para en la oscuridad, mirándote a todos lados con su mirada seria como si fuera una película de horror. Ya saliendo de la cueva, puedes ver la luz entrar por la silueta que se forma de la entrada de la cueva, donde puedes tomar lindas fotos si eso es lo que te apetece.
Cuando ya salí de los jardines de las canteras, caminé hacia arriba otravez para accesar el anfiteatro romano de Siracusa, donde me escanearon el boleto de 17 euros una vez más. El sendero rodea el anfiteatro, por lo que te da una recorrida desde afuera donde puedes ver la arquitectura de un anfiteatro romano. Aunque más pequeño que el Coliseo en Roma, puedes ver los túneles y los corredores que también encuentras en el anfiteatro Flavio con mucho menos bullicio, aunque por supuesto, menos complejo y grande. Por el camino puedes encontrar hasta más esculturas que hablan sobre las mismas temas de represión y libertad que en las canteras, la cual la más linda de todas es una escultura de Icaro caído en el medio del anfiteatro, creando una escnea extremádamente dramática.
Después del anfiteatro, pude ver el altar masivo de Hiero desde cerca, la cual se puede apreciar su escala mejor que cuando estás en el sendero principal. Ya visto todo por las once y media de la mañana, estaba pensando de otras cosas que puedo hacer, cuando me recordé que me intersaba ver el Castillo Maniace desde adentro, aunque menos impresionante que el Castillo de San Felipe del Morro y San Cristóbal en mi pueblo. Esperé paciéntemente para el autobús la cual me llevó hasta la isal de Ortigia, donde caminé hacia el fin para ver el castillo. Pagué seis euros para la entrada, donde caminé hacia el aula de estilo gótico en el interior del castillo para tomar sombra.
Lo mas interesante para mí en esta visita al castillo fue que cuando bajé hacia los baluartes del siglo XVII, vi que los arcos estaban emitiendo unas sombras brutales para tomar fotos de arquitectura, la cual me obsesioné por casi media hora tomando fotos de todos los rincones del baluarte, las cuales me quedaron brutal. Ya cansado de la mañana larga que tuve, cogí el bus hacia el supermercado para ver si algo me interesaba para la cena de mañana, pero viendo que todo lo que me intersaba tenía crustáceos, y se acabó las botellas individuales de leche por 99 centavos euros, me fui a ver lo que había en el área para almorzar.
Viendo los diferentes menus de los cafés que abordaban la avenida, quería algo liviano porque sabía que iba a comerme algo fuerte para la cena, así que me paré en este café llamado Blend - La miscela del gusto, la cual tenían buenos precios para la calidad de comida y ambiente que estaba. Me comí un panini de proscuito crudo con mozzarella y tomates, la cual estaba rico, y me bebí un jugo de china mezclado con cerveza Martini: probablemente mi nuevo coctel favorito. Ya regresado al hostal, me di una siestita, pensando como voy a llegar a Ragusa el viernes por lo que los ferrocarriles y otros servicios de transporte van a tener una huelga, por lo que no sé cuantos trenes van a estar disponible ese día, así que voy a preguntar en el estación mañana. El resto del día voy a estar trabajando en este blog y prepararme la cena. Este día en Siracusa fue una bien interesante ya que vi las ruinas antiguas más lindas que he visto tan largo en este viaje, y me obsesioné con las luces y sombras de un bobo baluarte. No puedo esperar para visitar el pueblo de Noto mañana.
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