Díario de Viaje: Día 1

Día 1: Llegada a Madrid

6/3/2025

   
 
La cúpula de la iglesia de San Andrés Apóstol en Madrid.

                                       La cúpula de la iglesia de San Andrés Apóstol en Madrid.


    Por lo que mi vuelo original fue cancelado, pensé que iba a tener un peor experiencia en el vuelo del día siguiente, pero al final pensé que tuve la mejor suerte. Aunque el check in fue largo, tuve el TSA del aereopuerto todo para mi mismo, la cual calma y serenidad nunca he experimentado en los pasados quince años que he vivido en Puerto Rico. El proceso de bordaje fue muy eficiente, por lo que completamos ese proceso y los videos de seguridad del avión diez minutos antes que el vuelo se departe en tiempo. También tuve la suerte de tener un asiento libre al lado mío, la cual aproveche para dormir: lo que hize el vuelo entero. Cuando aterrizamos en Madrid diez minutos tarde por tráfico de avión, nos dieron la sorpresa de bajarnos en el medio de la pista, en donde nos transportaron a la área de pasaportes por autobús. Fue una experiencia única entrando a Madrid de esa manera, aunque prefiero más entrar directamente y ver el pabellón monumental del terminal 4s diseñado por el arquitecto Richard Rogers. Después del contratiempo que tuve, pasé por buena experienca y no pude cree que estaba en Madrid otra vez atravesando por este gran aereopuerto. 


    Después de coger un tren de cercanías de Renfe con una pequeña escala en el estación de Chamartín, subí del estación soterrado hacia la Puerta del Sol,  esquivando grupos grandes de turistas de camino al hostal room 00 Gran via hostel, colocado al lado del edificio de Rolex en la avenida mas importante de la ciudad.  Por lo que tuve problemas con la tarjeta de débito, y la demora causado por la cancelación del vuelo, la chica de recepción recuperó mi estadía, por la cual subí al cuarto que iba a llamar mi hogar por la noche. Los pasillos son bien largos y oscuros, algo parecido a la película “The Shining”, o los posts de espacios liminales en Tik Tok o Instagram. La infraestructura del hostal puede mejorar, las manijas de las puertas y los grifos en los baños se caían de su lugar cada vez que lo agarrabas, y la ducha no calentaba, así que tuve que darme un baño frio estilo Andrew Tate. Aunque tiene que mejorar la infraestructura, las camas son cómodas, tiene buen servicio, buen lounge para trabajar y está en una localidad bien buena. Después de llegar al cuarto me acosté un rato para empezar a trabajar en este proyecto para tener el resto del día libre para hacer una diligencia importante. 


    A las cuatro de la tarde salí con el propósito de comprar nueva ropa, pero primero tuve que comerme algo. Por esa razón fui a la Mercadona en el barrio de Malasaña, donde me compré un serranito, que es un bocadillo de jamón serrano, pernil, queso, pimientos verdes, y tomate. Además de eso compré un napolitano de chocolate, y un jugo de china, o en este caso, un zumo de naranja natural, que se hace al momento. Después de salir del supermercado fui a comer mi almuerzo en un parque cerca del Museo de historia, la cual estuvo interesante porque es una área frecuentado solo por los locales, aunque también hubo muchos vagabundos durmiendo en los bancos. De ahí me marché hacia un sitio que me llamó el interés cuando ivestigué un poco más sobre Madrid: La iglesia de San Antonio de los Alemanes. Esta iglesia barroca es como visitar la Capilla Sistina sin el bullicio de turistas, aunque tienes que pagar cinco euros para entrar. El interior está completamente cubierta de frescos que tratan sobre la vida de San Antonio de Padua, la veneración de reyes que fueron santos, todo cubierto con un increíble fresco del genero de arte apoteósico pintado sobre la cúpula de la iglesia, en la cual me acosté en uno de los bancos para admirar. Después baje a la cripta, la cual me dio miedo porque estuvo vacío, y con poca iluminación, como entrar en una película de horror. Ya que disfruté de una pieza de arquitectura barroca que nunca he visto, tuve que hacer lo que originalmente planificaba. 


    Después de la procrastinación mas grande que hecho en mi vida, finalmente empezé a hacer la diligencia de importancia que tuve que hacer para este viaje, comprar nueva ropa. Esperé hasta llegar a Madrid por lo que sabía que pude encontrar mejor ropa allá que en Puerto Rico, aunque admito que me tomo mucho trabajo encontrarla. Primero fui a una tienda de ropa vintage, en donde no encontré ninguna pieza que me satisface, y después a otra tienda boutique, en donde la única ropa que encontraba fue de mujeres. Ya caminando hacia la Gran vía, me tropezé en una tienda que se llama Jack & Jones, en la cual me gusto mucho sus mahones khakis sueltos, por la cual me medí los pantalones, y termine comprando dos pares más una nueva correa. Ahí no pude encontrar camisas que me gustaban, así que empezé a buscar otras tiendas para ver lo que hay, que es cuando entre a Kaotiko, una tienda catalana que vende camisetas de buena calidad, y estéticamente placenteras. Ahí me compre dos camisetas, uno de líneas marrones y blancas con una rosa en la parte de arriba, y otra que es la misma cosa, pero es de color azul, y contiene la cara de un osito que presumo es la mascota de la marca. Ya con mi nueva ropa, regresé al hostal para guardarlo en mi mochila.


    Después de trabajar en el home page de este sitio en el lounge del hostal, me fui a mi lugar favorito de comer tapas en la ciudad de Madrid: la cervecería de San Andres, localizado en la plaza de los carros con vista a la iglesia de San Andrés con su linda cúpula barroca decorado con estatuas de santos. Vi la tarde de verano pasar a la noche, las luces prendiendo, la vida del barrio pasar y la gente disfrutando de tapas y bebidas alcohólicas tal como yo. Me tomé una sangria, la cual me gustó, pero estaba muy pesado de liquor, una tapita de un pan con tortilla cubierta por una salsita de aioli, y calamares fritas con salsa tártaro. La comida estaba muy bueno, aunque no me gustó tanto el hecho de que me echaron sal en los calamares. Dicen en los reviews que el servicio es malo, pero siempre cuando vengo me tratan bien y el servicio es bastante rápido. Cuando llego a España siempre recuerdo que en este país, y en otros del Mediterráneo, el servicio es mas lento que en otros países, así que me deje llevar por la atmósfera del lugar mientras espero por la comida. Después de las tapas caminé hacia el hostal, acogiendo el esplendor de la arquitecutra de estilo Beaux Arts en la Gran vía, en donde llegué al hostal y me preparé para terminar el día. 


    Aunque hubo muchos contratiempos, llegué a Madrid sin que las cancelaciones de vuelos y los problemas de reserva me arruinara el viaje, y me sentí bien feliz estando en Europa otra vez. El proximo día ya embarco a un destino que siempre he querido ir: Nápoles.  

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